domingo, 4 de mayo de 2008

HISTORIA DE MÉXICO I

2.1. PREHISTORIA DE AMÉRICA

¿Cómo se pobló América?; ¿Quiénes eran, de dónde venían, cómo se organizaban, qué comían?

La primera ocupación humana del México prehistórico es anterior al año 20,000 a.C. Esta primera ocupación es consecuencia de una serie de desplazamientos como el de la porción noroccidental de América. Por los mismos años, los habitantes de Alaska tenían a Beringia inundada y los hielos del sur suficientemente retraídos como para poder penetrar al resto de América. Para estas fechas (26 a 21,000 a.C. aproximadamente), el hombre había concluido su proceso de hominización, por consiguiente, es correcto postular que el hombre americano tiene su origen en Asia.

Ante los hombres que iniciaban la marcha se abrían varias expectativas y cada una de ellas exigía una transformación cultural. Al inicio de su recorrido, estos primeros pobladores de América debieron haber contado con un instrumental y organización social adaptados a la explotación de la tundra, la taiga y el bosque boreal de coníferas. A medida que avanzó la penetración y se abrieron nuevos hábitat, sufrieron importantes cambios, con ellos empezaron a borrarse las huellas de tipo cultural que remitían a estos grupos a su origen; persistieron,sin embargo, rasgos culturales físicos que permiten afiliar a estos grupos con razas asiáticas.
Es indudable que conocían el fuego, ya que sin él no hubieran podido sobrevivir en las latitudes por las que andaban. Contaban con cordaje, redes, cestería elemental y desde luego, preparación de pieles. Lasqueaban la piedra y trabajaban el hueso y la madera. Empleaban armas arrojadizas directas como dardos o jabalinas.

La simplicidad y la escasez de su vestimenta, iban unidas a una incipiente división del trabajo por sexo y edad, aunque todos tenían que saber de todo. La obtención de la comida era la actividad más importante, había que ir a buscarla de un lado a otro, dentro de un territorio conocido, sobrellevando un forzado nomadismo. La propiedad de los bienes de consumo era comunal, así como los medios de producción.

ESTRECHO DE BERING

Tomado de Bolaños Martínez, Raúl. Op. cit, p. 16

El tiempo que transcurre desde la primera ocupación del México prehistórico hasta el pleno
establecimiento de una economía basada en la agricultura y una compleja estratificación social, puede dividirse en tres momentos:
El primero de ellos es un cambio en la importancia que hasta entonces había tenido la caza, correlacionado con una mayor dependencia en esta actividad aparecen nuevos artefactos.
El cambio se establece hacia 12,000 a.C. El segundo periodo se da con la aparición de un cambio climático hacia el 7,000 a.C., que coincide con la extensión de una parte de la fauna existente en ese momento (especialmente de las grandes especies) y representa un nuevo cambio en los instrumentos de trabajo. Esta fecha representa un segundo proceso de ajuste en la transformación del medio ambiente. El tercer evento es el de la aparición de las primeras plantas cultivadas, el cual a partir de los trabajos realizados en el Valle de Tehuacán, Puebla, se puede fijar en el 5,000 a.C. La fecha marcaría el inicio de lo que se ha llamado “revolución neolítica”, es decir, del proceso que conduciría al establecimiento de una economía basada en la agricultura y el sedentarismo.
En nuestro país han sido numerosos los restos humanos encontrados, entre los que podemos recordar el de la Calera, el del Peñón y algunos más. Sin embargo, ninguno de ellos presenta la seriedad del Hombre de Tepexpan, descubierto en condiciones de máxima seguridad científica bajo la Capa de Caliche III, en la Formación Becerra Superior. Este resto parece corresponder a un primitivo cazador de la cuenca de México que murió violentamente, ya que se le encontró en una posición forzada, a pocos metros de los restos de un gran mamut. El hallazgo del Hombre de Tepexpan lo realizaron el doctor Hélmut de Terra y el ingeniero Arellano en el año 1947 y, por los diferentes datos desprendidos de su estudio, se le ha señalado una probable antigüedad de 8,000 a 12,000 años.

2.2. ÁREAS CULTURALES DEL MÉXICO PREHISPÁNICO

Periodización

Para el estudio de la historia prehispánica se han propuesto varias periodizaciones, es decir, diferentes formas de dividir el tiempo transcurrido desde la aparición del hombre en nuestro territorio hasta la conquista española en el siglo XVI. Cabe decir que toda periodización lleva implícito un criterio, digamos un elemento o varios elementos de tipo cultural que se hacen resaltar por encima de los demás. En la asignatura Historia de México I, se utiliza el más común, éste es el que se basa en los periodos: 1) Recolectores-cazadores, 2) Preclásico, 3) Clásico y 4) Postclásico, tomando como base el indicador tecnológico-organizacion social.

El primer periodo se divide en dos subperiodos: cazadores-recolectores temporales y arcaicos. Al primero de éstos corresponde una economía de apropiación directa de productos naturales y una tecnología adecuada a esta actividad; la fecha aproximada es 7000 a.C. que marcaría el inicio del segundo subperiodo, en donde aparecen las primeras plantas cultivables.
El Preclásico se inicia en 2300 a.C., fecha que corresponde directamente a la aparición de la primera cerámica y al establecimiento de un patrón de vida sedentaria que termina a los inicios de nuestra era con la formación de centros ceremoniales como Cuicuilco, Monte Albán y Tikal.
El Clásico comienza con la aparición de centros urbanos y termina con la desaparición, en el área Maya, de monumentos que llevan inscripciones calendáricas, es decir, fechas que dan cuenta de su origen. Es un periodo caracterizado por un alto desarrollo en agricultura, arte y ciencia. Son representativas de este periodo Teotihuacán, Monte Albán y casi al final, Xochicalco, Cholula, Tajín, Palenque, Yaxchilan y Uxmal.
El inicio del Postclásico se ha visto como un decaimiento general del desarrollo artístico y científico, el cual se da dentro de una ruptura de las condiciones de centralización del poder que se había conformado durante el Clásico. En la mitad de este periodo se inicia un clima generalizado de actividad bélica, así como de desplazamientos masivos, especialmente del norte y occidente hacia la cuenca de México. El ejemplo en el centro de México es el desarrollo Mexica.
A continuación se te presenta un esquema con la periodización antes señalada y asociada a otra que propone aspectos como la aparición del Estado y del Militarismo durante la gran época Prehispánica.

2.2.1. Características culturales de Mesoamérica

Las culturas agrícolas

Los límites de Mesoamérica en el momento de la conquista fueron: al norte, desde el río Pánuco hasta Sinaloa, pasando por el río Lerma; y al sur, desde la desembocadura del río Motagua en el Atlántico hasta el Golfo de Nicoya en la costa del Pacífico, pasando por el lago de Nicaragua
De Mesoamérica, hasta el primer milenio antes de nuestra era, podemos fechar las primeras evidencias de sociedades en donde se manifestó claramente el desarrollo de la tecnología y la construcción de varios centros ceremoniales, cuyas características serían la base del proceso cultural de esta gran área. De esta manera, la cultura Olmeca inicia su esplendor en el periodo Preclásico o Formativo, creando centros como la Venta, Tres Zapotes y San Lorenzo, en Tabasco y Veracruz. Expande sus rasgos culturales por una gran parte del territorio mesoamericano, difundiendo elementos como el culto al felino y un estilo artístico donde sobresalen las esculturas monumentales en piedra y figuras de jade.

El Periodo Teocrático o Clásico, se caracteriza por el cómputo del tiempo, los sistemas de riego, los depósitos de almacenamiento, la orientación y la planeación de sus construcciones. El culto a los dioses y el poder centralizado, hacen evidente la complejidad social, la especialización del trabajo y el rígido control político por parte de un sector de la población, que ejercía un control pleno sobre la comunidad y conocido como grupo sacerdotal.
Culturas como Teotihuacán en el altiplano mexicano, Monte Albán en Oaxaca y los mayas del sureste de México, corresponden a esta etapa en la que existió sin duda un sector militar que intervenía de manera clara en la vida política de estas complejas sociedades. Las inscripciones mayas y otros testimonios arqueológicos lo prueban con toda claridad.
A pesar de compartir elementos culturales básicos, cada sociedad se desarrolla de acuerdo a sus propias características. De esta manera, se encuentran grandes ciudades de alta densidad demográfica en las comunidades, como Tikal en la zona maya, con sus magníficos templos, o bien, el hermoso centro ceremonial de Monte Albán y otros, en diferentes regiones mesoamericanas.
El Periodo Postclásico o Militarista. La necesidad de expandir los campos de cultivo y la apropiación de la riqueza generada por estas sociedades (rivales muchas de ellas), dan lugar a un periodo marcado por constantes guerras para conquistar pueblos y territorios. Los líderes guerreros reúnen también los atributos religiosos y se imponen definitivamente sobre los diversos sectores sociales, quedando los mismos sacerdotes bajo su total control. Este grupo social domina el escenario y da inicio a la última etapa de la historia de las sociedades americanas antes de la conquista.
En el centro de México, los Toltecas, con su capital Tula Xocotitlán y posteriormente los Mexicas, se basan en el dominio de pueblos y territorios para formar imperios cuya base económica se sustentaba en la imposición de tributos.
Los aztecas integraron un imperio que retomó la herencia política y cultural de las civilizaciones que los precedieron, estableciendo así una poderosa sociedad que se constituye en la síntesis de Mesoamérica, con lo cual culmina la etapa de desarrollo independiente de los pueblos indígenas de la Mesoamérica antigua. Su derrota frente a los invasores europeos en el siglo XVI, marcó el inicio de la destrucción de la civilización indígena mesoamericana frente a los conquistadores españoles.

2.2.3. Características culturales de Aridamérica

Las Culturas del Norte

En el suroeste vivían también grupos de cazadores nómadas que, desde el año 1000 d.C. comenzaron a desplazarse hacia el sur. Fueron los llamados apaches (“enemigos”, según los nombraron los cultivadores). Era un grupo muy belicoso, estaban armados con un arco hecho con fibras de tendones, lo cual los hacía particularmente peligrosos. Al contacto con los grupos sedentarios, un grupo conservó sus costumbres nómadas que con el tiempo adoptó el caballo y continuó con sus prácticas guerreras en contra de los agricultores indígenas y luego contra los mismos europeos en la zona. En cambio, otro grupo se sedentarizó y con el tiempo se hizo pueblo pastor de ovejas y caballos. Estos últimos fueron llamados apaches de navahu (“enemigos de los campos sembrados”) o simplemente navajos. Fueron famosos por sus trabajos en textiles de lana y por su joyería de plata y turquesa. Junto con los apaches, los navajos constituyeron un grupo que se enfrentó decididamente al invasor europeo.
Las culturas del norte de México constituyeron un área cultural como el suroeste o la mesoamericana. Su característica más importante fue el ser una zona de contactos y de tránsito de elementos culturales del sur hacia el norte y a la inversa. A esta área se le llamó “la tierra de los Chichimecas”, eran personajes nómadas cazadores-recolectores que en ciertos momentos de la historia mesoamericana invadieron los territorios del sur enfrentándose, pero también contribuyendo al cambio cultural al interior de Mesoamérica. Estos mismos grupos durante la época de la conquista y la colonia, continuaron la resistencia frente a la colonización europea.
Es factible que en ciertos momentos de la historia mesoamericana, grupos de colonos procedentes de esta última, hubiesen emigrado al norte en busca de recursos naturales como la turquesa, y al hacerlo se mezclaron étnica y culturalmente con los primitivos habitantes de la zona, creándose de esta manera nuevas formas de cultura. Posteriormente, al retornar a tierras mesoamericanas, es posible que hayan contribuido al cambio cultural que se representaría en Mesoamérica a lo largo de los periodos Clásico tardío y Postclásico.
El arqueólogo Paul Kirchhoff denominó “América Árida” precisamente a los territorios que se ubicaban entre el Gran Suroeste y el territorio mesoamericano, cuyos habitantes tenían como rasgo común no practicar la agricultura. Algunos de estos grupos eran los seris, los guasaves, los mismos apaches, los rayados, los laguneros, los zacatecos, los huachichiles y los pames, entre otros. De manera general se ha hablado de una “Tradición o Cultura del Desierto” para referirse a estos grupos, cuya cultura se resume de la siguiente manera: vida nómada, actividades de recolección y existencia de bandas. Su base económica era la recolección y se presentaba un nomadismo cíclico de acuerdo con la producción silvestre, la estación anual y los recursos del agua. Estos grupos vivían en cuevas, abrigos rocosos o sitios abiertos dependiendo de la época del año. Explotaban todos los recursos del medio: alimentos vegetales, caza de pequeños animales y roedores, etc.
Por sus necesidades, estos grupos usaban instrumentos de molienda que facilitaban la preparación de sus alimentos. Desarrollaron técnicas de cestería para elaborar cuerdas, redes, sandalias y esteras. Utilizaban el lanza-dardos, el arco y la flecha (estos últimos en fechas más recientes), así como otros utensilios. Los sitios arqueológicos que corresponden a esta tradición se ubican en los márgenes de los ríos Mayo y Sonora, en la Cueva Golondrina en Chihuahua y otros sitios en los Estados de Coahuila, Durango, Tamaulipas y en el norte de San Luis Potosí.
A pesar de estos rasgos culturales, fue en regiones como la Sierra de Tamaulipas y en la Sierra Madre Occidental en la región de Ocampo, donde el investigador R. McNeish ubicó restos de cultivos antiguos alrededor del 5000 a.C., e incluso el establecimiento de las primeras aldeas de grupos sedentarios hacia el 1500 a.C. (Fase Mesa del Guaje en la Sierra de Tamaulipas). Es factible que el clima seco de estas áreas halla contribuido a conservar los restos, que en otras regiones mesoamericanas no es fácil ubicar.
Es posible hablar de otra subárea cultural que se ubica en estas regiones del norte, cuyos límites variaron a lo largo del tiempo según las condiciones climáticas y los movimientos de los pueblos, y que también se ubica como un área en contacto con los territorios mesoamericanos. Dicha región es conocida como “Oasis América”, territorio en el cual se ubicaron grupos de agricultores incipientes que aprovechaban las fuentes de agua que es posible ubicar en parte de Sinaloa, Sonora y otros Estados del Norte de México y del Suroeste de los Estados Unidos.
Paquimé se encuentra ubicado en el municipio de Casas Grandes, Chihuahua, cuya área de influencia abarca el Noroeste de Chihuahua y las áreas limítrofes de Sonora, Arizona y Nuevo México, hasta la laguna Bustillos. El territorio de Paquimé limitaba al este y al sur con grupos nómadas que vivían de la caza y la recolección; al o2.1.

fotos

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